Hoy mi niña me trajo corriendo de su cartera
guardados, preciosos en una cajita negra:
…cuatro gusanitos de seda.
Corre también mi vida con ella,
vuela con la párvula hojita de la morera.
Los coge en su mano de plata
… a ella se aferran.
Yo le digo cantando que dice la leyenda:
Que cuatro antiguos reyes del antiguo imperio persa,
muriéndose estaban de amor y de pena;
decidieron convertirse en gusanos
… para que nadie los viera.
Discretos buscaron siempre el abrigo aurífero de la seda:
el corazón sincero de un niño que los quiera.
(…a mi niña se le ilumina la cara)
Decidme gusanitos buenos:
¿en vuestra crisálida de oro traéis al niño que yo era?
Mi niña preciosa: ríe y juega,
¡divierte tu alma mi hija!, imagina y revela;
siembra de infancia la tierra.
Riego de vida: la sombra añil de la morera;
que la rueda de tus sueños amanece con los míos
en un bosque de abril y seda.
En su inocencia divina, los mira y piensa:
Que son cuatro reyes de un antiguo imperio de arena,
convertidos en gusanos sólo para ella.