DESCARGA LA REVISTA QUE DESEES

DESCARGA LA REVISTA QUE DESEES
Versiones gratis en pdf. (click en la imagen)


Contacto para sugerencias o colaboraciones: fanzinepifano@gmail.com


REVISTAS DISPONIBLES PARA SU LECTURA ONLINE

REVISTAS DISPONIBLES PARA SU LECTURA ONLINE
PÍFANO 23

PÍFANO 22

-

-
PIFANO 21

PIFASÍ

-

-
PÍFANO 19

-

-
PÍFANO 18

-

-
PÍFANO 17

-

-
Pífano 16

-

-
PÍFANO 15

-

-
PÍFANO 14

-

-
PÍFANO 13

PIFANO 12

PÍFANO 11

PÍFANO 10

PÍFANO NUEVE

TRÍADE (Los Trastámara)

"NO APARCAR, LLAMO GRÚA" ezine (Garven)

PÍFANO OCHO

PÍFANO SIETE

PÍFANO SEIS

PÍFANO CINCO

Cuatro primeros PÍFANOS

HOMO LUPUS LUPUS

Esto no es plato de gusto. Pero ¿qué os creéis?, venga… no me jodáis. Resulta que me pasa a menudo; y dios quiera que me ocurra siempre solo, como hasta ahora. Si alguien me viera en el momento del trance, que dios le bendiga, ya puede ir corriendo a denunciarme. Pero ¿qué pensáis que es esto?... Ocurre en el plenilunio, cuando esa luna burlona llega gigante y oronda; pálida como el azufre entre un cielo despejado y límpido. Entonces me sonríe como un tiburón, y empieza el suplicio, mis náuseas, la taquicardia. Bañado en sudor quiero perder la conciencia porque ya conozco este mal rato, pero esa cabrona se encarga de todo desde ahí arriba. El dolor viene anárquico y agudísimo, acude la fiebre y mi cuerpo retorna a un color cetrino. Primero es la cara, mi pobre carita centelleante se cubre de inmediato con forúnculos amarillentos, luego la mandíbula se ensancha entre estertores horribles y me brotan unos colmillos desproporcionados que me arden en la boca. Me trago la sangre de las encías reventadas. Lo que fue nariz es ya un hocico desbocado, negro y húmedo; se me hunden los ojos en el cráneo, renacidos de inmediato como dos luminarias fluorescentes. Luego mi espalda se parte; el sufrimiento me arroja al suelo y las vértebras chascan como listones de madera para reconstruirse arqueadas hasta hacerme caminar a cuatro patas; patas fuertes y ágiles, que tiemblan. Entre tanto he ido perdiendo el control de mis locos esfínteres y está todo pintado de heces y orín que me hace resbalar; bruma espesa de un hedor miserable. Por último se me cubre el cuerpo de rudo pelo; de cerdas resistentes y puntiagudas, pardas como el terruño mojado, que me abrasan entero hasta que por fin se asientan en mi piel mutante. Entonces no grito… aúllo. Y me pongo de mala hostia… ¡de muy mala hostia!, salto por la ventana, como los brutos, y estalla el cristal en pedazos que luego el Seguro no quiere pagar porque no se creen mis cuentos. Así que deambulo discreto por la ciudad, noctámbulo y desorientado como una lata vacía de cerveza que el viento dirige a su antojo; ahora arriba, ahora abajo. Y por supuesto asesino todo y cuanto me encuentro, con un odio absoluto, despedazando; mordiéndoles pero sin tragarme nada; como hurón en el corral. Así es que luego, cuando ya se ha ido esa esfera hinchada del cielo, aparezco tendido en cualquier parte… sí donde queráis. Me despiertan los municipales dándome golpecitos en la cabeza con la puntera de las botas. Me incorporo como puedo; humano entumecido; algo pálido y mareado; con la boca seca y totalmente en pelotas. Hay una larga ficha sobre mí en comisaría «firma aquí chico». De vuelta a casa mi madre me espera con ojos de vidrio «hijo, otra vez;…tú te drogas» Y se me pega la vergüenza en la cara como la resina de los pinos «qué no madre…. que no es eso, coño…» Me encierro en el baño con el periódico, pues no quiero que mamá me vea llorar, “Continúan los crímenes en T.” “El párroco de San Lázaro descuartizado” “Hallan el cadáver de una niña decapitada” “Fermín, el quiosquero, brutalmente asesinado”… He sido yo, ¡joder!... he sido yo ¡copón!. ¿Balas de plata? ¡mis cojones!; ¿Qué me entregue?... pues no lo veo. Que revienten ese puto satélite y acaban mis problemas; los míos y los de unos cuantos. ¿Qué pensabais?... estoy jodido.
 
Venga… ya está bien. Largaos chicos; me tenéis hasta la polla… ¡largaos!.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.