Se abre el telón, en el salón de reuniones del Consejo de Ministros aparecen, debidamente sentados alrededor de una lujosa mesa redonda, el Presidente del Gobierno y sus diecinueve ministros.
Presidente: -Señores, por las actuales circunstancias coyunturales y por las no coyunturales, y haciendo un gesto de responsabilidad política, propongo incorporar al gabinete de la presidencia 5 nuevos asesores.
Entre los ministros, murmullos de desaprobación poco optimistas, perceptibles pero enmascarados, como haciéndose el loco cada cual.
Presidente: -Señores, señores, formalidad, disciplina, vocación y votación. Votemos la propuesta.
La votación se realiza a mano alzada, pero con total rigor.
Presidente: -¡Muy bien, muy bien! 20 votos a favor, ninguno en contra y ninguna abstención. Queda aprobada, por unánime unanimidad, la propuesta de incorporar ¡8 nuevos asesores! Tome nota señor secretario.
Mientras el secretario hace los apuntes oportunos y el ministro de economía hace cuentas con los dedos de una mano y luego de la otra hasta que por fin 5 es igual a 8, aplausos de todos los ministros y felicitaciones al Sr. Presidente que muestra su orgullo y, para la foto, su mejor perfil, curiosamente, el contrario a su pregón. ¡Para que luego diga!