
Las tres de la noche sin error posible. Las tres.
Inmensa oscuridad rota, solamente, por la levedad de la difuminada luz de las farolas y por el brillo menguado de la luna en cuarto creciente.
Espeso silencio.
¡PUMmmmmmm!
El tiro sonó estridente y sacó destellos a los cristales dormidos, y su estruendo fue rebotando de esquina en esquina hasta perderse río abajo, en la negrura de las profundas aguas, en el horizonte mágico de la noche.
Pasado un tiempo, fugaz pero predecible, la oscuridad volvió muda y el silencio: denso, reforzado y seco.
La noche siguió su rumbo. La noche nunca se desvía. Tiene un claro objetivo.
Inmensa oscuridad rota, solamente, por la levedad de la difuminada luz de las farolas y por el brillo menguado de la luna en cuarto creciente.
Espeso silencio.
¡PUMmmmmmm!
El tiro sonó estridente y sacó destellos a los cristales dormidos, y su estruendo fue rebotando de esquina en esquina hasta perderse río abajo, en la negrura de las profundas aguas, en el horizonte mágico de la noche.
Pasado un tiempo, fugaz pero predecible, la oscuridad volvió muda y el silencio: denso, reforzado y seco.
La noche siguió su rumbo. La noche nunca se desvía. Tiene un claro objetivo.